Maroto defiende al conductor que impidió el acceso de una mujer
cubierta a su vehículo y se muestra partidario de regular la vestimenta
en este servicio público
El alcalde de Vitoria, Javier Maroto (PP), ha abogado este lunes por
modificar las normas de los autobuses urbanos de Vitoria para obligar a
los usuarios que oculten su rostro, incluidos las mujeres musulmanas que
visten burka, a destaparse para poder ser identificados. Maroto
sostiene que se trata de una medida de "sentido común" y ha afirmado que
"no sé por qué lo que es normal en Europa no puede serlo aquí".
Eso sí, ha precisado que su posición no se reflejará por ahora en ninguna propuesta a la espera de la resolución del expediente informativo abierto al conductor de Tuvisa que denegó el acceso al autobús a una mujer que llevaba el rostro cubierto por un burka. Una vez recopilada toda la información, dijo, será el momento de hablar de "medidas concretas".
El primer edil ha analizado el suceso esta mañana y ha considerado que es "injusto" criminalizar a este trabajador después de que aludiera a razones de seguridad y "descartara públicamente motivaciones racistas" para adoptar la decisión. "Lo que corresponde aquí es tomar las medidas necesarias y las decisiones adecuadas, y ninguna de ellas es decir que el conductor es culpable de delito de racismo como dijeron los de siempre, los de SOS Racismo, no se puede criminalizar a este conductor".
Maroto insistió en que en algunos países europeos el ciudadano que
utiliza un autobús o cualquier otro servicio público no puede ocultar su
rostro por razones de seguridad y de identificación. Se trata
simplemente, a su juicio, de aplicar el "sentido común. Lo que es normal
en otros países de Europa no sé por qué no puede serlo aquí".
"No vamos a dar pasos adicionales hasta no ir avanzando en el desarrollo de ese proceso de información para conocer todos los detalles y estudiar con calma lo sucedido. A posteriori, cuando se tenga toda esa información, corresponderá o no dar más pasos o establecer medidas concretas", ha señalado.
Finalmente, y sobre la recogida de firmas de llevó a cabo el conductor, ha reconodido que no debería haber realizado esta tarea en horas de trabajo, pero ha subrayado que "hay que ponerse en el pellejo de esta persona, que era plenamente consciente de la presión mediática y social que iba a sufrir, para entender su actuación. Lo más grave de todo esto es el intento de criminalizarle"
Eso sí, ha precisado que su posición no se reflejará por ahora en ninguna propuesta a la espera de la resolución del expediente informativo abierto al conductor de Tuvisa que denegó el acceso al autobús a una mujer que llevaba el rostro cubierto por un burka. Una vez recopilada toda la información, dijo, será el momento de hablar de "medidas concretas".
El primer edil ha analizado el suceso esta mañana y ha considerado que es "injusto" criminalizar a este trabajador después de que aludiera a razones de seguridad y "descartara públicamente motivaciones racistas" para adoptar la decisión. "Lo que corresponde aquí es tomar las medidas necesarias y las decisiones adecuadas, y ninguna de ellas es decir que el conductor es culpable de delito de racismo como dijeron los de siempre, los de SOS Racismo, no se puede criminalizar a este conductor".
"Intentan criminalizar al conductor"
El alcalde ha reconocido que no existe una norma que obligue a los
usuarios de Tuvisa a identificarse físicamente, pero ha dejado claro
claro que es partidario de que la haya. "Debería existir. En otros
lugares de Europa, también en otros puntos de nuestro país, es normal
que se pueda reconocer al usuario al margen de su religión. Como siempre
hay excepciones en la regla, habrá que estudiar eso"."No vamos a dar pasos adicionales hasta no ir avanzando en el desarrollo de ese proceso de información para conocer todos los detalles y estudiar con calma lo sucedido. A posteriori, cuando se tenga toda esa información, corresponderá o no dar más pasos o establecer medidas concretas", ha señalado.
Finalmente, y sobre la recogida de firmas de llevó a cabo el conductor, ha reconodido que no debería haber realizado esta tarea en horas de trabajo, pero ha subrayado que "hay que ponerse en el pellejo de esta persona, que era plenamente consciente de la presión mediática y social que iba a sufrir, para entender su actuación. Lo más grave de todo esto es el intento de criminalizarle"