domingo, 26 de octubre de 2014

NI UN "WHATSAPP" EN BIZKAIBUS, (26-10-14)

Diputación y sindicatos consuman su alejamiento y no mantienen ningún tipo de contacto a pocas horas del arranque de la huelga indefinida

Una mujer espera de noche la llegada de su autobús, con un Bizkaibus fuera de servicio al fondo.
Una mujer espera de noche la llegada de su autobús, con un Bizkaibus fuera de servicio al fondo.
En todo el día de ayer no hubo el más mínimo movimiento. Y hoy sigue el mismo camino. Ni una llamada, ni un mensaje ni siquiera un "whatsapp". La Diputación y los sindicatos convocantes de la huelga en Bizkaibus -UGT, ELA, CCOO, LAB y USO- se levantaron de la mesa en la tarde del viernes con pocas esperanzas de que la huelga indefinida que arranca mañana pudiera evitarse pero «con los teléfonos encendidos». En el área de Transportes habían pedido «un gesto que no llega». Se referían a «una desconvocatoria parcial» que habría permitido retomar las negociaciones y a la que se negaron los sindicatos, que se sienten «engañados» con las últimas ofertas forales. «El último texto que nos pusieron sobre la mesa era el mismo que rechazamos el miércoles a la noche», denunció ayer Iñaki San Andrés, portavoz de ELA.

Entre las partes hay un abismo de 12 meses que parece agrandarse con el paso de los días. Todo gira en torno a la fecha en que entrarían en servicio «nuevas líneas y servicios» que sirvan para «evitar la amortización de entre 200 y 300 puestos de trabajo». La Administración vizcaína promete tenerlas preparadas para marzo de 2016, un horizonte lejano, en opinión de los representantes de los trabajadores, que las quieren en febrero de 2015. Las centrales llegaron a plantear durante las conversaciones que se detuviera la adjudicación de las cinco nuevas concesiones, algo a lo que se opuso la dirección de Transportes convencida de que era «una obligación legal, bajo pena de incurrir en responsabilidades patrimoniales millonarias».

La fecha de entrada en vigor de los cinco nuevos contratos, que modificarán el mapa del transporte vizcaíno, se ha aplazado de momento un par de semanas, y se baraja que se produzca a mediados de noviembre. «La huelga y los sabotajes no han contribuido en nada a una transición normal», admitió el viernes la diputada de Transportes. Fuentes de su departamento señalan en concreto los sabotajes sufridos en Burtzeña a finales de septiembre y en Loiu un mes antes.

En el primer ataque se perdieron cinco unidades y otras tres en el siguiente, que eran articuladas. Aquello complicó la fase de peritaje de los nuevos autobuses y, tras los primeros días de huelga de este mes, algunas concesionarias pidieron un aplazamiento.

Portavoces forales y sindicales admiten que las negociaciones se han enrarecido en el último momento. El miércoles a la noche ambas partes aseguraban que sólo faltaba «limar asperezas» pero el jueves a la mañana las cartas habían cambiado.

Por un lado, Transportes se saltaba su criterio general de no reunirse en días de huelga -por eso se eligió el miércoles para la cita- y la protesta ante el Palacio foral, que se esperaba silenciosa por la reciente sintonía, no lo fue. Y así comenzó el final.

Mañana, Bizkaia se enfrenta a una protesta de carácter indefinido que traerá de cabeza a los 85.000 viajeros que cada día suben a un Bizkaibus. No es la primera vez. El año pasado hubo dos jornadas de huelga, tras diversos paros y protestas, que acabaron con un acuerdo cuyo nivel de cumplimiento provoca ahora el conflicto. Y este mes se han vivido otras nueve, después de paros parciales y concentraciones. Es por eso que el escenario que se avecina no será muy diferente al actual. De los últimos cinco días laborables, en cuatro de ellos se ha trabajado con los servicios mínimos del 30%.